Cirugía Facial

La nariz es el rasgo más característico del rostro, junto con los ojos. Su tamaño y forma marcan notablemente la definición de una cara.

Ya sea por modificar su forma como para mejorar la respiración, la rinoplastia es una intervención que se realiza con mucha frecuencia.

En ocasiones, no es suficiente con una primera operación de nariz para alcanzar los resultados deseados.

Para corregir defectos presentes tras la primera rinoplastia, se realiza la rinoplastia secuandaria.

Las orejas de “soplillo” o prominentes son un defecto congénito, que suele aparecer en otros familiares directos en más de la mitad de casos.

Consiste en una alteración de la correcta conformación de los cartílagos auriculares, y aunque las orejas parecen más grandes de lo normal, esto raramente es así.

El volumen de las diferentes áreas de la cara (pómulos, mejillas, periórbita) puede modificarse transfiriendo tejido graso de otra parte del cuerpo.

Si un paciente tiene un rostro delgado se puede realizar un lipofilling para rellenar los pómulos.

En otras ocasiones las mejillas son gruesas, estando indicado realizar un liposucción con unas cánulas muy finas. Asimismo, se puede realizar simultáneamente un aumento de pómulos y un adelgazamiento de mejillas.

La lipoestructura se puede realizar como técnica aislada mediante anestesia local, o bien asociada a otros tratamientos. Para nuestros pacientes, los resultados que se obtienen encajan con la primera idea que poseían al principio del tratamiento.

El aumento de labios se puede realizar de forma temporal o permanente. De las diferentes técnicas que existen, nosotros recomendamos dos: el ÁCIDO HIALURÓNICO como método temporal y el PERMALIP ® como definitivo.

El primero es un tratamiento muy popular y que da buenos resultados durante un periodo de aproximadamente un año.

El permalip® es una lámina muy flexible de silicona que se introduce con anestesia local, aumentando el labio de manera homogénea.

Los productos inyectables permanentes no los recomendamos por presentar complicaciones a largo plazo. La propia grasa del paciente tiene el inconveniente de que puede quedar irregular.

El mentón puede ser pequeño o demasiado alargado. Cuando es pequeño o retraído, puede aumentarse de dos maneras: con prótesis especificas de mentón o una operación que se conoce como mentoplastia que consiste en alargar el hueso. Ambos procedimientos son definitivos.

De forma temporal se puede aumentar el volumen mentoniano con productos inyectables, como acido hialurónico o hidroxiapatita cálcica.

El mentón se puede reducir a través de una incisión que se realiza en el pliegue submentoniano, quedando la cicatriz poco perceptible.

En cualquier caso, los resultados visibles son excepcionales.